domingo, 2 de abril de 2017

El Sacristán

“EL SACRISTÁN”



Don Joaquín era desde hace más de 30 años, el sacristán del templo, de nuestra Señora de Los Ángeles.
El Padre Manuel, que había sido el Señor Cura desde que llego al Templo, acababa de morir y mandaron al Padre Ismael a atender esa comunidad.
Un sacerdote joven, con ideas nuevas, un sacerdote de lap-top, Facebook y Twitter.
A los pocos días mando llamar a Joaquín y le dijo:
Tenemos un desorden total en la programación de los eventos, se nos juntan bodas, xv años, primeras comuniones, entonces para ayudarte puse una computadora en la notaria, para que ahí vayas anotando todos los eventos y no se nos dupliquen.
Joaquín se puso pálido y contesto:
Padre nunca he tocado una computadora. No importa Joaquín dijo El Padre, también tengo un libro/calendario donde podrás anotar los eventos y no duplicarlos. Joaquín dijo: Padre no sé leer ni escribir.
El Padre Ismael se puso serio y le dijo: Joaquín este templo es pobre y no puedo pagar una secretaria y un sacristán, así que con mucha pena voy a contratar una persona en tu lugar, pero no te preocupes, te voy a dar un buen dinerito, para que no batalles mientras consigues algo.

Joaquín se fue pateando piedras, maldiciendo al Padre, a la Iglesia y…hasta Dios. Él había dejado de fumar hacia 30 años, pero hoy ya nada le importaba, busco una tiendita para comprarlos y no encontró, camino otras cuadras y nada, se dio cuenta de que cerca del templo no había tienditas ni habían llegado los oxxos.
Se le ocurrió una gran idea: ¡con el dinero que le había dado El Padre, puso una tiendita de abarrotes! y como  realmente era una necesidad de la colonia le empezó a ir muy bien, tanto que puso otra tienda y luego otra y otra.
Ya con cuatro tiendas sus hijos “lo obligaron” a llevar el dinero al banco, el cual había mantenido guardado en su casa. Cuando el gerente del banco termino la papelería de la inversión se la dio a Joaquín y le pidió que la leyera y la firmara: Joaquín muy serio le dijo “No sé leer  ni escribir” el gerente comentó: ¡Caray Don Joaquín si usted sin saber leer ni escribir tiene tanto capital! ¿Qué sería usted  si supiera leer y escribir?   Joaquín comentó: ¡SACRISTÁN! Contestó Don Joaquín. 


El hecho de que Dios respete al 100% nuestra libertad, ocasiona que los hombres podamos equivocarnos, nos alejemos de Él y nos dañemos los unos a los otros.
Pero entonces Dios utiliza su inmenso Amor, para convertir nuestras tragedias y problemas en cosas buenas para nosotros. 
Por eso ¡Nunca lo Olvides!     ¡Que en tu vida todo tiene un para que!


Una Historia narrada por el periodista Guillermo Ochoa en la radio, adaptada por: Guillermo Alvarado Vega


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